Cómo cuidar de ti misma cuidando a la vez tus relaciones con las demás, textos instructivos a 4t d'ESO

Cómo cuidar de ti misma cuidando a la vez tus relaciones con las demás, textos instructivos a 4t d'ESO

Cómo cuidar de ti misma cuidando a la vez tus relaciones con las demás

Cuidar de una misma es un concepto muy abstracto y no para todo el mundo pueden servir las mismas instrucciones, ya que cada persona es un mundo. Por eso, lo que se intenta en este texto es ofrecerte toda una serie de consejos e instrucciones para tener una relación sana con tu ambiente y sentirte mejor con este, lo que supone una muy buena manera de cuidarte.

Primero: escucharte y escuchar a las otras. Aunque parezca una tontería de libro de 1º de autoayuda, es muy importante pararse a escuchar lo que nos queremos decir a nosotras mismas y lo que las demás necesitan decir, ya que no tenemos ninguna otra forma de averiguarlo, o sea, no podemos ver a través de una persona. Es parte de una relación saludable escuchar a todas las partes y sopesar cada una de ellas.

Segundo: habla y atrévete a hablar. Es muy necesario estar abierta a explicar todo lo que se necesite, además de que muchas veces ponerle una forma a las cosas  nos permite verlas de otra forma o desde otras perspectivas. Atrévete a hablar porque te callas muchas cosas: a lo mejor porque no es el momento, porque no sabes cómo decirlo, porque no sabes qué quieres decir, etc. Como ves, el primer paso y el segundo se necesitan mutuamente, por eso es muy importante estar abierta tanto a compartir como a recibir.

Tercero: cambia aquello con lo que no te sientas cómoda, es decir, crea un espacio seguro en el que sientas que puedes ser quien eres y que puedes, con tranquilidad, realizar los pasos anteriores. Si te sientes segura y cómoda, podrás disfrutar más de ti misma, de los vínculos con las demás y de aquellas actividades que te llenan.

Cuarto: de acuerdo con lo dicho anteriormente, realiza aquellas actividades que te llenan con frecuencia y descubre más de ellas y de tu manera de enfocarlas. Eso que te llena también forma parte de ti y de tu personalidad, y puede ser un buen camino para descubrirte más a fondo.

Quinto: entiende que no todo el mundo afronta los problemas de la misma manera, y al relacionarte con las demás ellas pueden afrontar cosas más o menos importantes para ti de una forma totalmente distinta a la tuya. Pero eso no significa que sea peor o mejor: las únicas formas no respetables son aquellas que son tóxicas y que limitan tu integridad moral.

Y hasta aquí estas instrucciones para cuidar de una misma. Son pocas ya que hay tantas cosas que se podrían hacer que no acabaríamos nunca… He obviado pasos (como cuidar de tu cuerpo, intentar buscar una forma en la que estés cómoda con él o intentar no juzgar el físico de las demás ni compararlo con el mismo) porque los veía bastante obvios, aunque suelen ser de los que requieren más esfuerzo y son más difíciles de alcanzar. He preferido centrarme en temas psicológicos, pero quiero recordar que todos los cuerpos, géneros y expresiones de género son igual de válidos y que, si te sientes amenazada, en situación de riesgo, necesitas ayuda o no tienes un entorno seguro para ti, aunque aún queda mucho recorrido en este sector, en Barcelona ya hay muchos puntos en los que puedes buscar ayuda. 

¡Nadie se merece unas condiciones nocivas para ella misma, ni física ni psicológicamente!

Marta, 4t d’ESO